
#conquistalaportada 3 : La necesidad del contrario
Opinión / Enrique Olcina DIRCOM (¡el de las notas de prensa!) FERRMUR
Creo que una de las primeras cosas que nos enseñan en rugby es algo tan evidente y tan obvio que nos extraña que no se enseñe así en el resto de deportes. Y sin embargo lo vemos cada día y sobre todo en aquellos deportes mayoritarios, y nos sigue sorprendiendo.
Para jugar necesitamos al contrario, y necesitamos cuidar al contrario, dentro de las leyes del juego, para terminar el juego. Entendemos que el contrario hará todo lo posible por ganar, como lo haremos nosotros, y que se esforzará al máximo, sean cuales sean las circunstancias que lo rodean, y en la medida que le permitan esas circunstancias. Bien sea su veteranía, bien sea su bisoñez, bien sea su habilidad o la falta de ella.
Al final del partido, en el rugby, hayamos ganado o hayamos perdido, reconocemos al contrario, lo vemos, no como quién ha estado luchando a brazo partido contra nuestra victoria sino como alguien cuya presencia era necesaria en el campo para completar todo lo que habíamos pensado en las semanas, días y horas antes del partido.
Las tres fotos presentadas tienen en común eso. Que no sólo están los colores del equipo que las presenta, sino también los colores del equipo con quien se enfrentó. Eso era lo que le señalaba a Tomás, de Elche, cuando recibí la magnífica foto de Salva Treviño, en blanco y negro. Que la intención del concurso era llevar el color del equipo ganador arriba de todas las redes sociales de la Federación, pero que en la mayoría de las ocasiones, ese color aparecía junto al equipo contrario, y a pesar de que la foto del fotógrafo oficial tiene fuerza y ha concursado en blanco y negro, porque esa había sido la decisión del fotógrafo, Treviño tuvo a bien darnos una copia en color.
En la foto de Raúl Rodriguez vemos también algo parecido, como la medio melé de Cartagena es placada no sin antes haber servido el balón a su equipo. Y de nuevo aparecen los dos colores -el azul marino del CRUC y el oro del XV- mientras el balón, ajeno a todo, va a las manos de las jugadoras cartageneras. Lo que hace realmente especial a esta foto es precisamente que ese oval, podríamos decir que feliz, se desentiende de la lucha que sucede apenas metros hacia adelante
La foto ganadora, de Rafael Rodriguez Minaya, es preciosa, si acaso porque precisamente pinta lo que decíamos: el esfuerzo de un equipo por marcar y el otro por defender, la jugadora cartagenera, agarrada del tobillo in extremis, busca el apoyo mientras que las jugadoras del XV intentan darle caza.
En el aspecto visual -que es el que nos ocupa en este momento- esa plasticidad que nos atrae no sería posible sin el contrario, presente en cada fase del juego, contra quien jugamos y al que honramos cuando finaliza el partido y cuyo recuerdo está presente en nuestras más dolorosas derrotas como en nuestras más gloriosas victorias, que lo son por haber sido las más difíciles, por cierto.